Diabetes mellitus - Tipo 1 (diabetes)

La diabetes mellitus (tipo 1), también llamada diabetes, es una afección autoinmune en la que el sistema inmunológico destruye las células beta productoras de insulina en el páncreas. La diabetes tipo 1 se diferencia de la diabetes tipo 2 en que es totalmente dependiente de la insulina debido a una reducción progresiva aguda, o destrucción completa, de la producción natural de insulina. La diabetes tipo 1 representa del 5 al 10% de todos los casos de diabetes.

Los síntomas de la diabetes tipo 1

Los seis síntomas más comunes de diabetes (tipo 1) son poliuria (micción frecuente), polidipsia (mayor sensación de sed), boca seca, aumento del apetito, fatiga y pérdida de peso.

La cetoacidosis diabética es una complicación potencialmente mortal de la diabetes tipo 1. A menudo, es en una convulsión que se diagnostica por primera vez a las personas con la enfermedad. Los síntomas y signos clínicos de tal complicación son piel seca, respiración frecuente, somnolencia, dolor abdominal y vómitos.

Está comprobado que hasta el 12 por ciento de las personas con diabetes tipo 1 sufren de depresión clínica.

Signos clínicos

Como se mencionó anteriormente en "síntomas".

Diagnóstico y causa

Se desconoce la causa de la diabetes tipo 1. Se cree que la causa de la diabetes (tipo 1) radica en la epigenética, la genética y la modificación genética. El diagnóstico se basa en los síntomas, los signos clínicos, un historial completo y un examen de los niveles de azúcar en sangre.

¿Quién se ve afectado por la enfermedad?

Se estima que alrededor de 22 millones se ven afectados a nivel mundial. La enfermedad está aumentando y se ha observado un aumento del 3% anualmente.

tratamiento

Debido a la falta total de producción de insulina, las personas que padecen este trastorno necesitarán suministro de insulina por el resto de sus vidas. Se está trabajando en el tratamiento con células madre para tratar esta enfermedad, es decir. un estudio en animales en 2014 que mostró que el tratamiento resultó en la producción de células beta. Se necesitan más y más estudios antes de que la técnica pueda usarse en humanos, pero parece prometedora.

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